TASA DE INTERÉS, DEUDORES VS INVERSORES

DEUDOR ETERNO VERSUS INVERSOR EXITOSO.


DEUDOR ETERNO VERSUS INVERSOR EXITOSO







Un hecho concreto, desagradable, por cierto, es que un porcentaje mínimo, de habitantes de este planeta, concentra un porcentaje elevadísimo de la riqueza mundial, dividiendo a la humanidad, en líneas generales, entre personas deficitarias y superavitarias.
Las personas o empresas deficitarias, incluso un estado puede serlo, son los que necesitan endeudarse para cubrir sus gastos, que según sea el caso, llegar a fin de mes, pagar sueldos o mantener en funcionamiento el estado. Los superavitarios son aquellos que invierten y poseen rentas que incrementan su capital por encima de la inflación. Estos están en condiciones de prestarles a los deficitarios.

Esa acumulación de riqueza actúa como un ser vivo, en constante desarrollo, buscando nuevas fuentes de donde abastecerse para crecer continuamente. El capital tiene capacidad de reproducción y un mecanismo ideal para la reproducción y el desarrollo es la tasa de interés que pagan quienes toman prestado ese capital.
Estamos definiendo rico como quien tiene inversiones, que puede vivir de rentas, y se define como pobre a quien debe trabajar arduamente para mantenerse. Por lo tanto, se habla de unos pocos ricos y muchos pobres o, lo que es lo mismo, pocos inversores y muchos deudores.
Nótese que diferenciamos entre pobres y míseros. Mísero es alguien con sus necesidades básicas insatisfechas, o sea no se alimenta, no tiene acceso a la salud, a la vivienda. El pobre trabaja, pero ni bien discontinua el mismo por el motivo que sea, es muy vulnerable, oscilando hacia la miseria. Se comprende bien este punto al llegar a la jubilación.
No deben quedar dudas del movimiento de la sociedad hacia satisfacer las necesidades de la elite, los grandes inversores, los cuales crean riqueza monetaria, deciden como prestarla a los deudores. Por ende, las crisis económicas son momentos propicios para que los inversores sepan tomar sus grandes ganancias, a costa, de los deudores. Las leyes físicas de la energía han demostrado que todo efecto tiene su causa. Si bien los avances tecnológicos traen de la mano el incremento de la riqueza, no menos cierto es que mucha de la misma se produce a través de la transferencia de los deudores hacia los inversores. Llegamos así al punto de la tasa de interés, flagelo para los deudores, música para los oídos de los inversores. Los vaivenes de la economía no surgen en general por razones climáticas como en la antigüedad, sino son verdaderas tomas de ganancia. Como en una profecía autocumplida, los mercados financieros se vienen anticipando con subas de tasas que desalientan la producción industrial y vuelven más frágil la posición de los deudores, escenario que impulsa aún más el alza de los intereses.

Por eso la economía se la ha definido como la ciencia deprimente. No obstante, en este blog se tratará de dejar de lado este aspecto para mostrar puntos positivos para ir transitando, sin prisa, pero sin pausa, el camino que lleva a ser un inversor, no de élite, pero al menos tener varios aspectos de dicho perfil. Las crisis financieras pueden entonces a partir de ahora ser oportunidades de crecimiento.

 

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