JOSÉ EN EGIPTO COMO ADMINISTRADOR

ADMINISTRACIÓN: JOSÉ EN EGIPTO


En el  relato de Génesis de la Biblia,  se encuentra una historia de la cual se ha escrito mucho, se han hecho hasta películas. Nos referimos a la historia de José. (Génesis capítulo 37 hasta el 50).
Hoy nos centraremos en un aspecto de su personalidad, era un Administrador.
José era el menos de sus hermanos cuando comienza el relato bíblico, y ni bien empieza notamos sus dotes de administrador:

“Cuando José tenía diecisiete años, apacentaba el rebaño con sus hermanos.
El joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su
padre. Y José trajo a su padre malos informes sobre ellos. “(Génesis 37:2)

Era muy cuidadoso con los bienes de la familia, hasta tal punto que cuando sus
hermanos estaban haciendo algo que comprometía las finanzas de la familia (En esa época las finanzas eran las ovejas y su cuidado, sobre todo en la reproducción de las mismas)no duda en avisarle a su padre. Qué era más importante: ¿el bienestar de la familia o la picardía financiera de sus hermanos? Las ovejas son de toda la familia y comunidad, y no podían ser sacrificadas por intereses particulares. ¿Que? ¿o odiaron y amaron por este
prproceder? Por supuesto, pero el padre lo ambaba.

Un tiempo después su padre lo envía a verificar el bienestar de los hermanos.
¿Acepta José la comisión? Era una comisión dura porque sus hermanos no
eran nenes de pecho, y lo odiaban. Sin embargo como administrador sabía que
tenía que cuidar a su familia y sus bienes. Por lo tanto sale a buscarlos y a
pesar de que le cuesta encontrarlos persiste hasta que lamentablemente para
él los halla. Los hermanos, que no entendían de finanzas, al menos al largo     
plazo, de visualizar el beneficio para generaciones futuras, no dudan en
sacárselo de encima vendiéndolo como esclavo y luego mentir a su padre
sobre lo que sucedió a José. Esto es una muestra de la envidia que
generan los administradores de éxito.
 
  Muchas veces, al hacer las cosas bien, lleva a la envidia de los demás.

Ya en Egipto administra eficientemente la casa de Potifar. Como era sirio,
joven, atractivo, la mujer de Potifar lo desea con pasión, hasta que lo acosa
sexualmente. ¿Qué haría un administrador? Veamos:

Gen 39:7  Sucedió después de estas cosas que la mujer de su amo miró a José con deseo y le dijo: "Acuéstate conmigo."
Gen 39:8  Pero él rehusó y dijo a la mujer de su amo: "Estando yo aquí, mi amo no se preocupa de nada en la casa, y ha puesto en mi mano todo lo que posee.
Gen 39:9  "No hay nadie más grande que yo en esta casa, y nada me ha rehusado excepto a usted, pues es su mujer. ¿Cómo entonces podría yo hacer esta gran maldad y pecar contra Dios?"
Gen 39:10  Y ella insistía a José día tras día, pero él no accedió a acostarse con ella o a estar con ella.
Evidentemente tenía en alta estima su relación con Dios, pero vemos que entre las razones por las cuales se niega es que ella pertenecía a su amo (tenía un contrato matrimonial), por lo tanto no podía tomar algo que no era suyo, el administraba.

¿Le fue bien por ser tan fiel? Por ahora no. La mujer despechada consigue que lo lleven al hoyo carcelario (un esclavo no tenía derecho a defenderse, y su palabra no valía en contra de una mujer libre).

En la cárcel vuelven a ser útiles sus dones administrativos. Transforma un repugnante agujero carcelario en algo eficiente, limpio. ¿Se notó afuera sus dotes maravillosas? Por el momento no. Hasta el jefe de los coperos lo olvida, a pesar de que José lo ayuda. El
relato bíblico ahora muestra la intervención divina. Faraón recibe un sueño divino inquietante, un sueño que hace temblar a Faraón acerca del futuro, le crea ansiedad e incertidumbre.  Las siete vacas gordas y flacas. Las siete espigas sanas y las siete escuálidas. ¿Qué significan? Vaya uno a saber. Pero José si lo sabe (La Biblia dice que está iluminado por Dios). Faraón lo necesita.
José interpreta el sueño fácilmente, van a venir siete años de abundancia seguido de 7 años terribles de hambre. El Rio Nilo desbordará espectacularmente durante 7 años, con cosechas sobreabundantes, pero luego por alguna razón vendrá una sequía y  el Nilo no desbordará, o vendrán enfermedades, o lo que sea, pero como resultado habrá hambre, no habrá cosechas y no habrá ganado. Veamos la cara de Faraón que no sabe lo que hay que hacer. ¿Cómo gobernará Egipto sin comida? El un dios viviente, será un simple mortal impotente como cualquiera. ¿Cuál es la solución?
La salida a este problema es fácil: se guarda la abundancia para los años de escasez. ¿Tan fácil? Si, así de sencillo. Se guarda en el ciclo económico bueno, y cuando venga el malo se compensa el faltante con el sobrante del anterior. Fácil para un administrador, difícil para los que no lo son. La abundancia es para disfrutarla, darnos los gustos, vivir la vida. Cuando venga la escasez se verá. Faraón se dio cuenta del problema, sabía cómo pensaba el pueblo. En la abundancia se comerían todo, todo, todo. Por eso nombre a José como administrador. Sabía que no iba a ceder. Se dio cuenta que José era mejor administrador que el mismo. Era un dios vivo. ¿Se corrompería con la administración del día a día? Ante el pueblo no, pero sabía que un administrador era fundamental, imprescindible. Egipto se hundiría si no se administraba. Por eso pone a administrar al mejor, al que ya había administrado bien antes.
José pasa ahora a ser el segundo en Egipto. Tras recibir los honores no pierde el tiempo y comienza a evaluar las cosechas y los graneros, construyendo graneros gigantescos para almacenar, y también previendo de alguna manera el hongo que descompone el grano de trigo. Es un misterio saber cómo lo hizo, pero lo logró. ¿Perder el tiempo en vengarse de Potifar? No, para qué. Después de todo la ley le obligaba a creerle a la mujer. Que el matrimonio arregle por su cuenta sus problemas.
 Impresionante almacenamiento de granos

Así pasaron 7 años de abundancia. Egipcios bien alimentados y graneros gigantescos repletos de trigo. ¡Cuántas veces habrán presionado a José para deje de ahorrar y comparta! El octavo parecía similar. Pero el Rio Nilo no desborda, no trae su humus, su sedimento, no hay forma de regar. Comenzó el hambre. Para el segundo año la cosa comienza a complicarse. El hambre se siente en el extranjero. ¿Quiénes vienen ahora a inclinarse ante él y pedirle comida? Si acertó, son sus medio hermanos. José estaba en condiciones de separar cabezas de los cuellos. Si eran extranjeros podía dejar sin cabeza impunemente. No de ningún modo, José era administrador y sabía que los extranjeros tenían derecho a vivir mientras fueran sinceros en sus pedidos (Egipto débil podía ser invadido).

Ahora que tiene sus hermanos suplicando por comida, podría vengarse “en caliente” o “en frio” con un venganza lenta y sutil. ¿Estaba en el “lugar de Dios”? ¿Para qué malgastar así energía? Vio el cuadro completo. ¿Qué sería de la vida de su familia, de su padre, si él se vengaba? ¿Qué sería de las generaciones futuras? ¿Podría mirar a  los ojos de su padre, de sus hijos, de su esposa? Él tuvo la sabiduría de ver más allá de sus sentimientos. Por lo tanto decide hacer una prueba para ver si estaban arrepentidos, y al ver que efectivamente lo estaban, decide traer a su familia a Egipto y alimentarla. Luego se radicarían en Gosén, no muy cerca de los egipcios, para que no sean asimilados por los mismos o haya choque de culturas, ni tampoco tan lejos, para aprovechar la protección que les podría dar la potencia de aquel tiempo.

 José también administró justicia.

El hambre terminó, pero quedaba el problema de las hambres futuras y parece que Dios no iba a avisar más de antemano. José encuentra una solución:
Gen 47:20  Así compró José toda la tierra de Egipto para Faraón, pues los Egipcios vendieron cada uno su campo, porque el hambre era severa sobre ellos. Y la tierra llegó a ser de Faraón.
Gen 47:21  En cuanto a la gente, la hizo pasar a las ciudades, desde un extremo de la frontera de Egipto hasta el otro.
Gen 47:22  Solamente la tierra de los sacerdotes no compró, pues los sacerdotes tenían ración de parte de Faraón, y vivían de la ración que Faraón les daba. Por tanto no vendieron su tierra.
Gen 47:23  Entonces José dijo al pueblo: "Hoy los he comprado a ustedes y a sus tierras para Faraón. Ahora, aquí hay semilla para ustedes. Vayan y siembren la tierra.
Gen 47:24  "Al tiempo de la cosecha darán la quinta parte a Faraón, y cuatro partes serán de ustedes para sembrar la tierra y para el mantenimiento de ustedes, para los de sus casas y para alimento de sus pequeños."
Gen 47:25  Y ellos dijeron: "Nos ha salvado la vida. Hallemos gracia ante los ojos de Faraón mi señor, y seremos siervos de Faraón." 
Gen 47:26  Entonces José puso una ley respecto a la tierra de Egipto, en vigor hasta hoy: que Faraón debía recibir la quinta parte. Sólo la tierra de los sacerdotes no llegó a ser de Faraón. 

 
 La buena administración ayuda a sus seres queridos.


Un impuesto ha de ser utilizado exclusivamente para mantener los graneros llenos, para que haya un reservorio para las escaseces. Pero se ve que ni José pudo con algunos privilegiados, los sacerdotes quedaron exentos.
Hoy José haría las cosas distintas. Después de todo tiene a su disposición el mercado financiero mundial. ¿Mantendría los mismo principios? Esto considerar que los ciclos económicos de bonanza y malaria son inevitables, y que después de todo, la malaria se evita con lo ahorrado en la bonanza.

Cualquier comentario es bienvenido.

 

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