COMO DEJAR DE SER DEUDOR CRÓNICO

Sugerencias para superar el estado de deudor crónico:


Problema: En épocas de bonanza económica ser un deudor crónico diera la impresión que funcionara el sistema de estar permanentemente, mes a mes, endeudado. Al adquirir créditos monetarios otorgados por terceros, vía préstamo bancario o tarjeta, el poder adquisitivo se incrementa notablemente en el corto plazo. Tasas de financiación aparentemente bajas, refinanciación fácil de la deuda (ejemplo pago mínimo cercano al 5 por ciento del total), incrementan esta sensación de seguridad de que va a ser posible manejar la deuda. El nivel de vida se ha incrementado, los vecinos están impresionados y la familia contenta. Se ha adquirido una verdadera disciplina de endeudamiento, un hábito de vivir a crédito con la creencia de que siempre, siempre podrá manejarse la situación. Hasta que la realidad golpea con toda la fuerza,  el pago mínimo comienza a ser casi equivalente a la entrada mensual, o incluso superior. Asimismo la transferencia de recursos a los prestamistas via pago de comisiones, intereses y así por el estilo, es extremadamente alta y perjudicial.  El banco puede cortar el crédito unilateralmente, ante el incumplimiento de alguna cuota o pago mínimo,  ocurriendo entonces,  lo que el empresario e inversor multimillonario Warren Buffet describe de esta manera,  “cuando se va el agua de la pileta te das cuenta quién estaba nadando desnudo”. Las crisis económicas suelen desinflar el salvavidas con lo cual la deuda se convierte en un lastre que ahoga. La fantasía de vivir a crédito da paso a la dura realidad de la devolución de la deuda. Ahora realmente hay que aprender a nadar con lastre, y el mejor nadador puede hundirse si tiene mucho peso.
 
Enumeraremos cuatro consejos a los fines de abandonar el viaje a la deriva impuesta por la deuda crónica, para llegar a buen puerto antes de naufragar.
 
1) Entendimiento cabal de las finanzas personales: los deudores crónicos no suelen tener bien documentadas las cuentas. No registran gastos mensuales ni entienden cabalmente el impacto de las tasas de interés que se comprometen a pagar con el uso de tarjetas y la toma de préstamos. Es necesario comprender la falacia de estas afirmaciones:
A. La inflación diluye las cuotas. Las cuotas se inflan con creces, por encima de la inflación esperada. (A veces los gobiernos establecen convenios para planes en cuotas que son convenientes, pero que estos planes en determinados productos, y en determinadas circunstacias, no nos confundan).
B. Las mini cuotas ni se sienten. (Todo lo que haya que pagar después de haberlo comprado duele).
C. Es la única manera de acceder a los bienes de consumo. (En artículos de primera necesidad a veces es cierto, pero no poder planear una vacación porque se está pagando la anterior, es duro).
D. Todos se endeudan y les va bien. (Hasta que el banco les corte el crédito).
 Es vital conocer con certeza el pasivo total para iniciar el tratamiento contra la adicción a las deudas. Hay que saber cuánto se paga de interés mensual, cuanto de pago mínimo y total. Saber con precisión la deuda a futuro. Ayuda muchísimo hacer porcentajes de estos ítems con respecto al ingreso mensual.
2) Cambio positivo entre amigos y familiares: el tomador de deuda, confiado en sí mismo, suele pedir a los familiares ayuda financiera, ya sea en calidad de préstamo, garantías, especies y así por el estilo, arrastrando a los familiares al hoyo negro de la deuda. El precio a pagar será descontinuar esta conducta, explicándole la cruda realidad del nivel de sus deudas. (nota: se está refiriendo a prestamos familiares para vacaciones, consumo, gastos estrambóticos).
3) Cortar todos los accesos inmediatos a crédito: las tarjetas o los préstamos a sola firma son ejemplos de aquello que debe desaparecer del universo del deudor. A menor incidencia en su vida, mejor salud financiera. Es como el que ha tenido serios problemas con las bebidas, debe ser abstemio para no reincidir.
Drástico, pero efectivo. 

4) Confeccionar un plan de austeridad: El gasto hormiga deberá evaluarse. Los gastos pequeños suman. Se los pudiera comparar a perder una gota de sangre por día. Al cabo de un tiempo la anemia afectará al organismo. La respuesta a estas preguntas deberá decidir los gastos: "¿Realmente lo necesito?", "¿Puedo pagarlo y mantenerlo?".
Conclución;
Si tenemos claro que invevitablemente el deudor transfiere recursos via recargos e intereses al prestamista, que en algunos casos superarn el 25 por ciento de las entradas mensuales, trateremos equilibradamente de eliminar la deuda, para que esa transferencia que se hacía al prestamista, vaya ahora para nosotros.



 

 

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